Jay Vine disfrutó de una de las temporadas más brillantes de su carrera, culminando con una medalla de plata en la contrarreloj élite del Campeonato Mundial de Kigali, Ruanda. Para el australiano, esto representa una verdadera "redención" tras terminar quinto el año pasado en Zúrich.

El recorrido de 40,6 km, ubicado a 1450 metros sobre el nivel del mar, incluía cuatro subidas desafiantes, incluyendo dos tramos en la Côte de Nyanza y el tramo final adoquinado de la Côte de Kimihurura. En teoría, la ruta era perfecta para Vine.

"Llevo doce meses aspirando a este Campeonato Mundial, desde que se reveló la ruta. Esta combinación de escalada, altitud y calor fue perfecta para mí", declaró el australiano en rueda de prensa.

A pesar de una salida controlada, Vine fue mejorando a lo largo del recorrido, terminando a 1:14 del tricampeón mundial Remco Evenepoel. "Creo que hice mi mejor contrarreloj, pero él estuvo simplemente imbatible hoy. Incluso si hubiera entrenado específicamente para esta carrera, no creo que hubiera podido recuperar ese minuto y catorce segundos", admitió con deportividad.

La preparación de Vine para estos Campeonatos del Mundo fue bastante singular, con una convocatoria de última hora para la Vuelta a España, donde ganó tres etapas y el maillot de lunares. "El plan original era correr tres semanas en terreno de gran altitud en Andorra con la selección australiana, pero tuve que adaptarme. Estoy increíblemente orgulloso de esta medalla de plata; es uno de los mejores momentos de mi carrera".