La Andorra MoraBanc Clàssica, programada para el domingo 22 de junio, marca un momento histórico para el pequeño principado pirenaico, que acogerá su primera carrera UCI de un día. Entre los corredores locales que se espera que participen en la salida se encuentran Tom Pidcock, Mattias Skjelmose y Toms Skujiņš.

A pesar de ser su primera edición, la carrera ha atraído a una respetable participación, con cuatro equipos WorldTour y nueve formaciones ProTeam. El dorsal número 1 lo lucirá Carlos Verona, de Lidl-Trek, embajador del evento y uno de los primeros profesionales en establecerse en Andorra, donde ahora residen más de 100 atletas de diversas disciplinas.

La ruta, aunque corta con 138,5 km, promete ser extremadamente desafiante, con cinco puertos categorizados y casi 4.500 metros de desnivel positivo. Comienza en el Port d'Envalira (28 km al 5%) y finaliza en La Massana, en el Coll de la Botella (7 km al 7,5%). Entre medias, los ciclistas deberán afrontar el Coll d'Ordino, el Coll de la Comella y el temible Coll de Beixalis.

Para Skjelmose, esto representa un cambio de planes de última hora en su preparación para el Tour de Francia, tras tener que retirarse tanto del Tour de Suiza como del Critérium du Dauphiné por problemas de salud. La ubicación estratégica de Andorra y su exigente recorrido han hecho de esta carrera un evento especialmente atractivo para los ciclistas que se preparan para la Grande Boucle.

La carrera, organizada en colaboración con La Route d'Occitanie, es sólo el comienzo: según Verona, el objetivo futuro es organizar una carrera femenina también en el principado.