El trepidante éxito de Wout Van Aert fue el arranque de una de las etapas más esperadas de este Tour de Francia , la quinta, de Lille a Wallers-Arenberg.  

Los corredores pedalearán sobre las míticas piedras de la París-Roubaix y en los 157 km de la prueba de hoy , se enfrentarán a 11 tramos de adoquines , para un total de 19,4 km.

Habrá muchos imprevistos, aunque el buen tiempo debería salvar al grupo de un día aún más infernal.  

La espera es toda para el duelo entre el maillot amarillo Van Aert y su rival Van der Poel, dos de los hombres más fuertes sobre los adoquines, pero hay un grupo de especialistas capaces de encender la carrera de repente: el Quick Step Lampaert y Sénéchal, Van Baarle, Ganna y Pidcock para Team Ineos, Pedersen y Stuyven para Trek-Segafredo, Sagan y Turgis para Total, Kung para Groupama y Kristoff para Intermarché.  

Por eso, la etapa será aún más insidiosa para los hombres de la clasificación, llamados a defenderse en un terreno que definitivamente no les conviene. El único que podría tener un papel destacado podría ser Tadej Pogacar , que se puso a prueba la primavera pasada y fue protagonista en el pavé del Tour de Flandes , pero hoy el terreno podría presentar diferentes imprevistos. Los demás, desde Roglic , pasando por Vingegaard , hasta Thomas , Yates , Vlasov y Mas , tendrán que jugar en defensa. Los dos capitanes de Jumbo Visma (así como Thomas del Team Ineos) podrán contar con la ayuda de un equipo muy fuerte sobre el adoquín con Van Hooydonck, Benoot y Laporte, además de Van Aert. Pero, ¿qué hará el maillot amarillo? ¿Dejará de lado sus ambiciones personales para ayudar al equipo en caso de dificultad? Solo queda esperar y disfrutar del espectáculo.

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