El danés de Visma-Lease a Bike explica su estrategia de esperar y ver en las primeras etapas de montaña y el cambio de ritmo en la novena etapa.
Uno de los grandes interrogantes de la primera semana de la Vuelta a España fue el enfoque cauteloso de Visma-Lease a Bike en las subidas, dejando escapar escapadas en las etapas 6 y 7, con Jonas Vingegaard en modo puramente defensivo en lugar de su estilo agresivo habitual.
Pero el danés, tras su segunda victoria en esta Vuelta 2025 y el extraordinario trabajo del equipo que le lanzó al éxito en solitario en Valdezcaray, confirmó que el problema eran precisamente sus piernas y que, sintiéndose mucho mejor en la etapa 9, no pudo evitar atacar.
"Me sentí genial desde el principio de la etapa de hoy", explicó Vingegaard en la rueda de prensa. "Al principio, pensamos que sería una etapa de escapada, pero solo salieron cinco corredores. No teníamos previsto usar a todo el equipo para perseguir, pero Trek y Q36.5 empezaron a distanciarse".
Aunque los 13,3 km finales de subida al 5% no parecían ideales para un esfuerzo en solitario, cuando Vingegaard pidió al equipo que lo lanzara, Matteo Jorgenson tomó la delantera y empujó con fuerza, lo que permitió al capitán abrir una brecha.
Solo Giulio Ciccone logró mantener el ritmo al principio, pero tras poco más de un kilómetro, el italiano también tuvo que rendirse, perdiendo 1 minuto y 46 segundos ante el veloz danés. Ni siquiera el intento de remontada de João Almeida y Tom Pidcock logró inquietar a Vingegaard, quien cruzó la meta con 24 segundos de ventaja sobre el dúo perseguidor.
"Me sentí mucho mejor que en las etapas de montaña anteriores", concluyó Vingegaard, ahora a solo 37 segundos del maillot rojo de Torstein Træen. Con las exigentes subidas de L'Angliru y La Farrapona a la vuelta de la esquina en la segunda semana, el regreso a la forma del favorito antes de la carrera pone a todos sus rivales a temblar.