El Gran Premio Ciclista de Montreal es una de las clásicas canadienses de fin de temporada y uno de los eventos más espectaculares del calendario WorldTour. Se disputa en un circuito urbano muy exigente: 17 vueltas de 12,3 km, con un total de más de 209 km y más de 4500 metros de desnivel positivo.

El recorrido está diseñado en el Mont Royal, el corazón verde de Montreal, y obliga a los corredores a superar tres puertos clave en cada vuelta: la Côte Camillien-Houde, de casi dos kilómetros al 8%, que cansa las piernas vuelta tras vuelta; la Côte de Polytechnique, corta pero con un tramo final muy empinado que sirve de trampolín para los ataques; y el Muretto di Pagnuelo, de apenas 500-600 metros pero al 7-8%, situado a pocos kilómetros de la meta y a menudo decisivo para seleccionar a los mejores corredores.

Tras la última subida, el recorrido desciende hacia la Avenida du Parc, donde la meta está ligeramente en subida: una recta que favorece a los corredores resistentes con un buen sprint, pero sólo si todavía tienen energía después de un día tan duro.

Esta carrera premia a los ciclistas versátiles, capaces de mantener un esfuerzo de más de cinco horas y mantener su brillantez en las etapas finales. Tadej Pogačar parte como el claro favorito: ya ganó en Montreal y tiene la capacidad de atacar en las subidas o superar a sus rivales en un sprint ajustado.

Detrás de él, muchos rivales dignos: Julian Alaphilippe, recién llegado de su victoria en Quebec y siempre peligroso cuando la carrera se calienta; Pello Bilbao, consistente y resistente, ya en el podio aquí; Mattias Skjelmose, un corredor joven, en crecimiento y agresivo; Wout van Aert y Tiesj Benoot, que podrían aprovechar una carrera más táctica para jugar sus cartas en un final rápido.

En Italia, todas las miradas estarán centradas en Alberto Bettiol, que tiene ganas de aguantar las subidas, y en Simone Velasco, que puede sorprender si la carrera se mantiene unida hasta los últimos kilómetros.

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