El uso medio de la bicicleta está en constante aumento desde hace unos diez años, incluso en Italia, una nación que, en materia de cultura vial, ciertamente no está todavía al nivel de algunos países europeos mucho más virtuosos en este aspecto.

Los últimos datos muestran un aumento del 26% en los viajes en bicicleta y una disminución muy leve en el uso del coche: esto se traduce en un menor gasto económico (consideremos que en 2024 los italianos gastaron 105 mil millones de euros en mantenimiento de automóviles) y, obviamente, una menor contaminación atmosférica.

No se trata solo de viajes urbanos, a menudo por motivos de trabajo, sino también de cicloturismo, cada vez más popular en Italia, con destinos cada vez más especializados en promover este tipo de turismo totalmente sostenible. En 2024, se registraron 89 millones de visitantes (+54 % en comparación con 2023), con un impacto económico estimado de casi 9800 millones de euros; los datos oficiales del último año aún no están disponibles, pero las estimaciones iniciales apuntan a un nuevo aumento.